Llegué a un punto que me aburrí, me aburrí de la situación, tanto que ahora mismo quiero ser egoísta, el poco amor que me queda, me lo doy a mi misma, el simple hecho de pensar en conocer a alguien para algo más me agota y me agobia, ahora mismo quiero dejar pasar el tiempo, darme tiempo... creo que ya he tenido bastantes experiencias, he aprendido bastante e incluso me ha hecho cambiar...
Dicen que nadie tiene por qué cambiar por nadie, pero yo no he cambiado por nadie, sino por mi. No es un caparazón ni mucho menos, sino que me he vuelto mucho más exigente, ya no me vale unas palabras bonitas, las palabras se las lleva el viento, quiero hechos, que de eso he tenido muy poco. Siempre he estado para los demás, quiero que ahora sea al revés y siento decir esto, pero el que no aporte, que se aparte.
Como bien me dijo una amiga que conocí hace poco, quién de verdad quiera estar contigo, que te lo demuestre día a día y si de pronto ves que pierde el interés, sigue tu camino. Y luego de estar dando vueltas a la cabeza, me di cuenta que tenía razón, y que en el fondo sentía que ya me había aburrido mucho antes de la situación y que ya me daba igual si hablábamos o no... es la primera vez que me pasa, pero no porque no haya tenido motivos, sino que nunca me había atrevido a decir ¡basta! e irme sin ser echada antes.
He ahí el por qué ahora mismo me siento bien como estoy, sin preocupaciones, mi mente y corazón en total tranquilidad, es la mejor sensación que he tenido nunca y que bien sienta. Otra amiga me dijo que las mejores personas llegan sin esperarlas... puede ser verdad, pero aún así recordemos que me he vuelto exigente, no estoy para juegos ni mucho menos...
Eso sí, jamás dejaré de creer en el amor ni en tener esperanza por nada ni nadie del mundo, es demasiado bonito para dejar de creer por personas que no saben su significado ni importancia. Y espero, que para el próximo que venga, esté preparada o me ayude a estarlo.
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