07 diciembre 2020

Now

 Me aterra mostrarme, porque si te muestro lo que soy, sabrás que soy vulnerable, sabrás que mis miedos van más allá de lo físico, que lloro por nada, cuando me duele todo, que le temo a la soledad, le temo a perder una amistad, le temo a no ser suficiente, a no encontrar un camino que me lleve a la felicidad. Me aterra mostrarme, porque si te muestro lo que soy, sabrás que soy vulnerable y te daré el poder de lastimarme. 

Una vez vi una frase, la cual me marcó y nunca la he olvidado, dice lo siguiente: ¿Qué tanto daño te han hecho, para que tengas tantos consejos para subirle el ánimo a alguien?. Y está en lo cierto, quizás debido a las experiencias, aprendes y te haces más sabía, una sabiduría que quieres transmitir cuando recurren a ti, pero a la vez, me hubiera gustado recibir esos consejos en su momento, quizás no hubiera sufrido o confiado tanto. Aunque, a día de hoy, no me arrepiento de nada, siempre he dado lo mejor de mi, hacer feliz a los demás es mi cometido, en mi corazón no cabe maldad alguna, he perdonado cosas imperdonables, he estado ahí cuando ni siquiera se habían preocupado por mi. Pero el simple hecho de ver como gracias a mi, esas personas vuelven a sonreír, me llena de satisfacción, aunque luego sea yo que lo pase mal.

Algún día me gustaría recibir exactamente lo mismo, quizás me gustaría sentir que es lo que se siente cuando se es correspondido, que se siente el sentirte especial para alguien, que te diga lo importante y esencial que eres para su vida, que te agradezca el que hayas aparecido y sobre todo que te diga que pase lo que pase, se va a quedar. 

Ahora mismo sólo puedo decir una cosa, el simple hecho de que nos hayamos conocido, me hace muy feliz, al menos para mi, y estaré feliz el tiempo que tenga el placer de tu compañía, así sean diez minutos, dos años o toda la vida.

https://youtu.be/xCJ9CZnsYu0